Se siguen ejecutando ataques por parte de la Junta neonazi de Ucrania contra la población civil del suroeste del país y continua aumentando en número de víctimas. Continua también el silencio mediático en torno a unos crímenes que pasarán a la historia por su crueldad y su impunidad. Y todavía estamos en el inicio de una escalada militarista de la OTAN en el este de Europa cuyas consecuencias no somos capaces de medir exactamente todavía pero sin duda que serán catastróficas.
Si hace unos días podíamos ver las imágenes de las víctimas de los bombardeos que la Junta golpista de Kiev lanzaba contra escuelas, hospitales, viviendas, comercios… en Slaviansk, ahora también podemos comprobar las consecuencias de los bombardeos que los peones ucranianos de la OTAN con sede en Kiev han ejecutado este lunes contra las instituciones públicas de Lugansk y que dejaron al menos 8 muertos (entre ellos la ministra de Sanidad, Natalia Arjipova) y numerosos heridos. No es de mi agrado tener que publicar unas imágenes tan duras, pero es necesario difundir la cruda realidad que los grandes medios occidentales nos quieren ocultar:
En un principio la Junta neonazi negó su responsabilidad en estos hechos y culpó a los milicianos de haber provocado ellos mismos las explosiones (el mismo argumento que utilizan para negar su implicación en los crímenes de Odesa). Sin embargo este martes ante la evidencia de las pruebas existentes no tuvieron empacho en reconocer que bombardearon la ciudad y las instituciones de Lugansk. Esto demuestra su falta de escrúpulos y hasta qué punto se sienten impunes y respaldados por la «comunidad internacional», es decir, EE.UU y la Unión Europea, los patrocinadores del golpe de Estado fascista en Ucrania. De hecho este mismo lunes el subsecretario de Defensa de EEUU, Derek Chollet, anunció que Washington ha duplicado su ayuda financiera al Ministerio de Defensa de Ucrania, hasta los 18 millones de dólares. Estados Unidos es quien paga las bombas que matan a civiles inocentes en Donbass. Por su parte la Rusia de Vladimir Putin – al que Hillary Clinton y otros personajes han llegado a comparar con Hitler – ha presentado ante el Consejo de Seguridad de la ONU un proyecto de resolución sobre la crisis en Ucrania que propone un alto el fuego y la creación de corredores humanitarios en el este, donde en ciudades como Slaviansk la población se encuentra sin comida ni agua acorralada por el ejército nazi ucraniano. ¿Quién quiere la paz y quién está financiando la guerra?
Ejerciendo como altavoces de la Casa Blanca los grandes medios de comunicación ocultan estos crímenes o los minimizan, demostrando así su absoluta subordinación a los intereses de sus propietarios, las grandes corporaciones occidentales, y no al interés general y al derecho de los ciudadanos a la información. ¿Cómo si no explican que estos sucesos no sean conocidos por la gran parte de la población? ¿qué criterio es el que siguen para considerar un suceso como un hecho noticiable o no? ¿guardarían este mismo vergonzoso silencio si estos bombardeos y estas muertes se estuvieran produciendo en Nueva York, Berlín, París o Madrid? ¿y si los muertos se produjeran en Kiev y los aviones fueran rusos bajo las órdenes del Kremlin? ¿la vida de un civil del este de Ucrania vale menos que la vida de un civil occidental? ¿cuál es el criterio que siguen entonces para priorizar o no una noticia? Siguen la agenda marcada por Washington y Bruselas. Lo mismo se puede decir de las «organizaciones humanitarias», los tribunales internacionales, o la propia ONU, cuya posición es escandalosamente pasiva. Algunos organismos expresan alguna tímida queja ante estos hechos, otros como la OSCE mantienen una cómplice posición neutral, otros cobardes sencillamente guardan absoluto silencio. Pero todos ellos son totalmente ineficaces y en algunos casos incluso partícipes de la barbarie.
Mientras todo esto sucede, los promotores del golpe fascista en Kiev se reúnen hoy miércoles en Polonia. Barack Obama – que acaba de solicitar al Congreso la aprobación de una inversión de 1.000 millones de dólares para aumentar su presencia militar en el este de Europa – va a exigir a los países de la OTAN (incluido España) que cumplan con sus compromisos e incrementen su gasto militar hasta un 2% del PIB, para que se impliquen en lo que ellos llaman una «adaptación estratégica» de la organización (terrorista). Para decirlo de forma resumida y clara: lo que pretende EE.UU es aumentar el tamaño de la OTAN y su presencia en el este de Europa para atacar en un futuro a Rusia. Este es el telón de fondo del golpe de Estado ejecutado por occidente en Ucrania.
El pasado 21 y 22 de mayo durante una reunión de los Jefes de Estado Mayor de los países de la OTAN el Comandante Supremo de las Fuerzas de EE.UU en Europa Philip Breedlove manifestó ante sus aliados (léase lacayos) que «estamos ante la decisión crucial de cómo enfrentar, a largo plazo, un vecino agresivo», y enfatizó en la necesidad de acometer una «adaptación estratégica para enfrentar el uso, del lado ruso, de maniobras improvisadas, ciberactividades y operaciones secretas,lo quecostará dinero, tiempo y esfuerzos». [leer artículo La OTAN empuja a la Unión Europea a una nueva guerra fría,- de Manlio Dinucci]
Todo esto hace pensar que lejos de una solución diplomática y pacífica en Ucrania el escenario futuro que se plantea desde Washington y el Pentágono es el de provocar una guerra civil que posteriormente desemboque en una guerra mayor con Rusia. El ex Secretario del Tesoro Adjunto de EE.UU y analista político Paul Craig Roberts ha declarado esta misma semana que EE.UU tiene planes para iniciar un ataque nuclear preventivo contra Rusia, y probablemente también contra China. Y añade que en Washington hay un grupo de personas que están abogando por una guerra nuclear: «La doctrina predominante ahora en Washington es que EE.UU puede ganar una guerra nuclear porque tenemos el escudo de misiles antibalísticos».
Esta estrategia es una absoluta locura que ocasionaría un tremendo conflicto internacional y millones de víctimas inocentes, pero estos planes imperialistas están en la agenda de EE.UU desde hace muchos años, y dada su actual pérdida de hegemonía política y económica en el escenario mundial parece que estos sicópatas imperialistas se ven obligados a recuperar dichos planes para tratar de mantener su estatus de superpotencia que aspira a dominar el mundo.
Cuando la Unión Soviética estaba colapsando a fines de 1991, Dick Cheney quería ver no solo el desmantelamiento de la Unión Soviética y del imperio ruso, sino el de la propia Rusia, para que nunca volviera a constituir una amenaza para el resto del mundo,” escribió el ex Secretario de Defensa de EE.UU. Robert Gates en sus memorias recientemente publicadas. Gates se refería al entonces Secretario de Defensa, y después Vicepresidente de EE.UU., Dick Cheney.
Las guerras imperialistas y el saqueo de los recursos naturales ajenos, así como neutralizar a las potencias emergentes a través de la fuerza para hacerse con sus mercados, parece la única salida que encuentran los corruptos gobiernos occidentales para saciar sus enfermizas ansias de poder y para intentar salvar a unas economías capitalistas totalmente endeudadas y que colapsarán cuando estallen las nuevas burbujas financieras que se vienen inflando desde 2008 gracias al dinero fácil creado por los Bancos Centrales y a la falta de regulación. Las grandes corporaciones financieras, el complejo militar-industrial y demás poderes económicos que manejan los hilos detrás de estos títeres gobernantes conocen muy bien desde hace años lo que está en juego en Eurasia (que incluye entre otros muchos países a Rusia, China, India o Irán) y harán todo lo que sea necesario para conseguirlo.
“…cómo EE.UU. ‘maneja’ Eurasia es crítico. Eurasia es el mayor continente del globo y es geopolíticamente axial. Una potencia que dominara Eurasia controlaría dos de las tres regiones más avanzadas y económicamente productivas del mundo. … Cerca del 75 por ciento de la población del mundo vive en Eurasia, y la mayor parte de la riqueza física del mundo también se encuentra ahí, tanto en sus empresas como bajo su suelo. Eurasia representa un 60 por ciento del PIB del mundo y cerca de tres cuartos de los recursos energéticos conocidos del mundo.” [leer artículo El Dilema de Putin,- de Mike Whitney]
Las víctimas inocentes, como las que están asesinando en el sudeste de Ucrania, son «daños colaterales» inevitables. Y mientras tanto en España – donde los ciudadanos desconocemos lo que ocurre y lo que se nos viene encima – el presidente títere Mariano Rajoy anunciado el fin de la crisis intentando evitar el derrumbe del régimen borbónico mientras al mismo tiempo la Comisión Europea pide más recortes del gasto para España. Parece que vivimos en planetas diferentes. Ojalá viviéramos en planetas diferentes.
Resulta desesperanzador contemplar la indiferencia, en relación con Ucrania, mostrada por un amplísimo sector de personas que se autoconsideran de izquierdas. No sé qué tiene que pasar para que la gente tome conciencia de una vez por todas. Imagino que influye el silencio mediático y/o tratamiento informativo distorsionado, pero eso no justifica tal indiferencia. «Ser de izquierdas» e inhibirse del problema de la ofensiva imperialista de la OTAN y del avance del fascismo en Ucrania, son dos cosas incompatibles. Desesperanzador lo que sucede, y desesperanzador el comportamiento o actitud de mucha gente. Saludos, Adolfo
Si, es verdad. Si los medios ocultan y manipulan estos hechos, la izquierda tiene la obligación de alzar la voz y denunciar no sólo estos hechos sino denunciar el comportamiento de los medios corporativos. Pero hay miedo a una censura posterior. Los dirigentes «de izquierdas» no atacan a los medios «progresistas» porque no quieren perder su minuto de gloria mediática. O en el peor de los casos ocurre que algunos miembros de esa «izquierda» están del lado imperialista occidental. Así es imposible crear conciencia. Para que los ciudadanos tengan conciencia primera tienen que estar informados, tienen que saber lo que está ocurriendo, y no lo saben. Los medios no se lo cuentan y la izquierda no lo denuncia. Así es imposible.
No sé qué tiene que pasar para que la gente tome conciencia de una vez por todas. Que tiene que pasar para que la gente reaccione ante todos estos crimenes? pues lo que paso en las dos guerras mundiales, que tengan que morir millones de inocentes antes de parar los pies a esta panda de asesinos.por cierto algo me dice que esta vez hay que pararles los totalmente por que si no lo hacemos lo vamos a pagar y con creces nosotros
Pues para que la gente reaccione sencillamente tendría que estar bien informada. A cualquier persona que le expliques lo que está ocurriendo en Ucrania le parece una aberración. El problema es que los grandes medios no se lo cuentan, manipulan la información. Si le preguntas qué está ocurriendo en Ucrania a las personas que se informan por televisión, radio o prensa, te responderán que hubo una revolución del pueblo democrática y pacífica, y que ahora Putin está invadiendo Ucrania. Esto es lo que se nos dice desde los medios.
Las muertes, crímenes y bombardeos de la población civil en el sureste de Ucrania no salen en los grandes medios españoles. Los ocultan, por lo tanto no existen de cara a la opinión pública. Como mucho muestran algunas imágenes de los «conflictos» y siempre señalando que los culpables son los «separatistas pro-rusos». El caso de Odesa, por ejemplo, pasará a la historia de infamia mediática universal. Pero las muertes lejanas no importan a nadie. Hasta que las bombas no caigan sobre Madrid parece que nadie quiere enterarse de lo que ocurre. Y creo que ni aún así se enterarían de lo que ocurre realmente y seguirían colocándose del lado de los criminales Estados Unidos.
Resulta desesperanzador contemplar la indiferencia, en relación con Ucrania, mostrada por un amplísimo sector de personas que se autoconsideran de izquierdas. No sé qué tiene que pasar para que la gente tome conciencia de una vez por todas. Imagino que influye el silencio mediático y/o tratamiento informativo distorsionado, pero eso no justifica tal indiferencia. «Ser de izquierdas» e inhibirse del problema de la ofensiva imperialista de la OTAN y del avance del fascismo en Ucrania, son dos cosas incompatibles.
Desesperanzador lo que sucede, y desesperanzador el comportamiento o actitud de mucha gente.
Saludos, Adolfo
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Si, es verdad. Si los medios ocultan y manipulan estos hechos, la izquierda tiene la obligación de alzar la voz y denunciar no sólo estos hechos sino denunciar el comportamiento de los medios corporativos. Pero hay miedo a una censura posterior. Los dirigentes «de izquierdas» no atacan a los medios «progresistas» porque no quieren perder su minuto de gloria mediática. O en el peor de los casos ocurre que algunos miembros de esa «izquierda» están del lado imperialista occidental. Así es imposible crear conciencia. Para que los ciudadanos tengan conciencia primera tienen que estar informados, tienen que saber lo que está ocurriendo, y no lo saben. Los medios no se lo cuentan y la izquierda no lo denuncia. Así es imposible.
Un saludo compañero.
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No sé qué tiene que pasar para que la gente tome conciencia de una vez por todas.
Que tiene que pasar para que la gente reaccione ante todos estos crimenes? pues lo que paso en las dos guerras mundiales, que tengan que morir millones de inocentes antes de parar los pies a esta panda de asesinos.por cierto algo me dice que esta vez hay que pararles los totalmente por que si no lo hacemos lo vamos a pagar y con creces nosotros
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Pues para que la gente reaccione sencillamente tendría que estar bien informada. A cualquier persona que le expliques lo que está ocurriendo en Ucrania le parece una aberración. El problema es que los grandes medios no se lo cuentan, manipulan la información. Si le preguntas qué está ocurriendo en Ucrania a las personas que se informan por televisión, radio o prensa, te responderán que hubo una revolución del pueblo democrática y pacífica, y que ahora Putin está invadiendo Ucrania. Esto es lo que se nos dice desde los medios.
Las muertes, crímenes y bombardeos de la población civil en el sureste de Ucrania no salen en los grandes medios españoles. Los ocultan, por lo tanto no existen de cara a la opinión pública. Como mucho muestran algunas imágenes de los «conflictos» y siempre señalando que los culpables son los «separatistas pro-rusos». El caso de Odesa, por ejemplo, pasará a la historia de infamia mediática universal. Pero las muertes lejanas no importan a nadie. Hasta que las bombas no caigan sobre Madrid parece que nadie quiere enterarse de lo que ocurre. Y creo que ni aún así se enterarían de lo que ocurre realmente y seguirían colocándose del lado de los criminales Estados Unidos.
Un saludo.
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