Lo primero que me sorprendió cuando me encontré por casualidad con el programa documental Voces Contra la Globalización (que consta de 7 capítulos) fue comprobar que éste se había emitido en la televisión pública española (TVE) entre los años 2006 y 2007. Hemos involucionado tanto en España en los últimos años que hoy en día es impensable que se vuelva a emitir este documental o alguno parecido en TVE. Y con esto obviamente no estoy diciendo que con Zapatero había democracia en España o que teníamos unos medios de comunicación «plurales». Me parece que en aquellos momentos anteriores a la crisis del 2008 las clases trabajadoras y populares estábamos tan imbuidas por aquel discurso neoliberal y consumista que nos empujaba a comprar un piso maravilloso, un coche excepcional, a irnos al Caribe de vacaciones y a no meternos en política puesto que eso era cosa de «los expertos», que este documental podía ser emitido sin que ello produjera ningún efecto en las conciencias de las masas alienadas ni supusiera ningún peligro para las clases dominantes. Quiero creer que hoy en día su difusión en TVE tendría mucha más audiencia y sobretodo que provocaría otro efecto en la sociedad.
Es decir, que los recortes sociales y nuestra actual situación política, económica y social no es la consecuencia de la «crisis» sino su causa. Las mal llamadas «políticas de austeridad» no se aplican porque sean «inevitables» para «salir de la crisis», como lamentablemente estamos comprobando, sino que la crisis es fruto de la aplicación global de esas mismas políticas y ese modelo económico, y ahora se siguen implementando esas mismas políticas para que los capitalistas y las grandes corporaciones continúen incrementando sus beneficios y aumentan todavía más su poder. Ni más ni menos. Sólo hay que escuchar lo que decían los intelectuales protagonistas del documental hace 8 años y lo que está ocurriendo ahora para darse cuenta de ello. Lo que llamamos «crisis» es el sistema capitalista neoliberal en sí mismo. Para la clase trabajadora y los sectores más humildes de la sociedad la crisis será permanente al margen de lo que digan las cifras macroeconómicas.
En los últimos cien años, mientras ha ido avanzando el capitalismo global y los Estados-nación han venido cediendo parte de su soberanía en cuanto a las decisiones socioeconómicas, las empresas transnacionales han logrado ir consolidando y ampliando su creciente dominio sobre la vida en el planeta. (…) Todo este poder que han acumulado las empresas transnacionales se ha venido acrecentando, de forma acelerada, desde los años setenta hasta hoy. Esto es, desde que con la aplicación de las medidas económicas promovidas por Milton Friedman y la Escuela de Chicago, el neoliberalismo fue imponiendo su ideología por todo el globo aprovechando los golpes militares, las guerras, las catástrofes naturales y las sucesivas crisis económicas para introducir drásticas reformas sin apenas oposición popular en el marco de “la doctrina del shock”. En los últimos cuatro años, desde que estalló el crash financiero global, y siguiendo la máxima de “privatizar las ganancias y socializar las pérdidas”, las instituciones que nos gobiernan están aplicando en Europa las mismas políticas que se llevaron a cabo en los países periféricos en las décadas de los 80 y 90 (…) [1]
¿En qué estábamos pensando cuando todo esto era denunciado? ¿hacia dónde estábamos mirando cuando todo esto nos era advertido y se nos venía encima? ¿estamos, al menos, aprendiendo la lección ahora que tenemos entre otras muchas desgracias a 3 millones de niños españoles viviendo en la pobreza? Por terminar con un punto de esperanza, observando cómo se está movilizando poco a poco el pueblo trabajador, pensemos en aquello de que más vale tarde que nunca para rectificar.
[1] La globalización neoliberal ha creado un contexto de impunidad de las transnacionales,- artículo de Pedro Ramiro, Erika González y Juan Hernández Zubizarreta.
Ver también: El origen de la crisis: Análisis de Julio Anguita con perspectiva histórica.
Hola Adolfo, aciertas de pleno al ver que la gente solo se mueve cuando le tocan ya demasiado de lleno los problemas, cuando antes despreciaron o ignoraron las luchas populares de años y siglos pasados por eliminar las desigualdades sociales y económicas.
También en ver que la crisis para los trabajadores es el resultado natural y lógico de este sistema económico, donde unos pocos viven en el privilegio y muchos en la miseria no por casualidad, sino porque así se preparó.
La gente va a ver, ya está viendo, en sus carnes lo acertados que estaban aquellos teóricos y aquellos prácticos que denunciaron y lucharon contra aquello que era demasiado injusto.
Si es cierto aquello de que no hay mal que por bien no venga.
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Es verdad, la mayoría de la gente sólo se movió y se mueve cuando le han tocado su bolsillo o su vida personal. Pero hay poca conciencia colectiva todavía, solidaridad, o conciencia de clase. Si durante las últimas dos décadas hubiésemos estado un poco atentos a lo que estaba ocurriendo y hubiésemos actuado en consecuencia no estaríamos donde estamos. La pregunta es si estamos aprendiendo algo y rectificando. Yo según el día respondo una cosa o la contraria. «Es más fácil engañar a la gente que convencerlos de que han sido engañados», decía Mark Twain. El sistema capitalista, que es donde reside la raíz de la injusticia social, la desigualdad y la pobreza, parece que no está en cuestión todavía, al menos de una forma explícita y mayoritaria. «Por ahora».
(Ayer no pude responderte al comentario porque tuve problemas con Blogger. Hasta el punto de que escribí un artículo amplio sobre Ucrania y el avión MH17 y cuando lo tenía terminado Blogger me lo borró y no pude recuperarlo. Imagínate la mala ostia que arrastro)
Un saludo Mikel.
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