VENEZUELA FREEDOM 2: SE INCREMENTA LA ESCALADA IMPERIALISTA CONTRA VENEZUELA (DIRIGENTES ESPAÑOLES INCLUIDOS)

Decía en mi último artículo sobre Brasil [1], que después de la «conquista» neoliberal de Argentina y tras el golpe parlamentario contra Rousseff, se esperaba una escalada de los ataques políticos y mediáticos contra el gobierno de Venezuela. No ha habido que esperar mucho para comprobarlo. De aquí en adelante los problemas que sufren los argentinos y los brasileños, y que tanto parecían preocupar a los medios corporativos y que tanto tiempo ocuparon en sus espacios informativos, desaparecían de repente de su agenda, como si los problemas de los ciudadanos de estos países se hubieran esfumado con la llegada de los nuevos gobiernos neoliberales.
 
A su vez, este repentino olvido mediático acerca de estos países contrasta con el aumento de las noticias que llegan desde Venezuela. Es tal su obsesión que pareciera que las decisiones del gobierno de Venezuela fueran de obligado cumplimiento en España y Europa. El viaje del expresidente neoliberal Zapatero o el de Albert Rivera, entre otros serviles funcionarios del poder económico, forman parte del incremento de esa ofensiva imperialista contra el gobierno venezolano.
 
Este último personaje que citaba, el neo-falangista Albert Rivera que intervendrá ante la Asamblea de Venezuela invitado por la oposición golpista, exigió ante los medios de comunicación españoles que Maduro permitiera la celebración de un referéndum revocatorio (una figura democrática que en España no existe) que diera la oportunidad al pueblo de expresarse, dejando entrever que en Venezuela no se da esa posibilidad democrática y se ponen trabas a la voluntad y expresión popular. También afirmó que la suya era «la opinión de la mayoría social» en Venezuela. No sabemos en qué se basa para hacer esta afirmación, que parece corresponderse más con sus deseos que con la realidad.
 
«En Venezuela, más que mediar, tenemos que conseguir que haya un revocatorio o unas elecciones. Lo que hay que conseguir es democracia y que les dejen ejercer su derecho democrático a un revocatorio, su derecho constitucional a revocar un Gobierno» [diario ABC, 19/5/2016]
 
Parece ser que Albert Rivera y sus correligionarios pro-imperialistas desconocen también (lo digo de forma retórica, por supuesto) que desde 1998 con la llegada de Chávez, en Venezuela se han llevado a cabo 19 procesos electorales, todos ellos avalados por todos los observadores internacionales (entre ellos miembros de los partidos políticos españoles) que no han puesto en cuestión la legitimidad de dichas elecciones [2]. Por cierto, las últimas elecciones parlamentarias las ganó por mayoría la oposición, lo cual desmiente el mantra de que en Venezuela no exista un proceso electoral democrático y limpio. Desde los sectores del «chavismo» y la izquierda venezolana se respetó y aceptó democráticamente el resultado, justo lo contrario de lo que hacen los opositores que niegan y no reconocen los resultados electorales que pierden, siguiendo las indicaciones del Departamento de Estado norteamericano. La democracia en Latinoamérica sólo es válida cuando gana la derecha neoliberal.
 
Las manifestaciones convocadas por la oposición golpista en contra del gobierno siguiendo su nueva «hoja de ruta» son poco concurridas y muy violentas, aunque los grandes medios ocultan ambos indicadores haciendo parecer todo lo contrario. El pasado miércoles pudo comprobarse el carácter «multitudinario» y «democrático» de estos «pacíficos manifestantes» opositores, cuando un grupo de delincuentes opositores agredió brutalmente a una funcionaria de la Policía Nacional Bolivariana (ver vídeo) y a varios policías más. También atacaron y causaron daños en varias residencias de estudiantes en Caracas (ver reporte de TeleSur). Algunos de estos mercenarios ya están identificados y detenidos, y han declarado que fueron contratados por el jefe de seguridad de un diputado derechista (se investiga el entorno del presidente de la Asamblea, Henry Ramos Allup) para cometer este tipo de actos violentos contra las infraestructuras y las fuerzas públicas en las manifestaciones de estos últimos días. A pesar de todo, éstos «pacíficos manifestantes» serán considerados desde los grandes medios como «presos políticos».
 
 
Paradójicamente en España, tras ser acusado de agredir a un concejal del PSOE durante una manifestación en 2012, está encarcelado el sindicalista (SAT) y concejal (Podemos) Andrés Bódalo desde el pasado mes de marzo, sin que a Zapatero y a Rivera o el resto «activistas pro-democracia» se les haya movido un sólo músculo. También  aquí, en esta  España desde  donde  se pretenden dar lecciones de democracia a los gobiernos pos-neoliberales de América Latina, existen más de 80 expedientes judiciales abiertos contra cerca de 300 sindicalistas por participar en diferentes huelgas y manifestaciones, lo que  ha provocado la condena unánime de 21 sindicatos internacionales.
 
Si Andrés Bódalo y el resto de sindicalistas  enjuiciados por defender sus derechos laborales, fueran opositores derechistas y hubieran sido detenidos en Venezuela, Cuba, Ecuador, Bolivia… o en Rusia, por ejemplo, serían  considerados  como «presos  políticos» y encontrarían el apoyo y la solidaridad internacional  de esos dirigentes, ONGs y medios de comunicación occidentales que tanto se «preocupan» por el cumplimiento de los Derechos Humanos en aquellas partes del mundo que todavía no dominan completamente.
 
El «revocatorio» que reclaman los opositores golpistas en Venezuela y quienes los apoyan en el exterior, y que parece ser de máximo interés mediático, político y electoral en España, debe seguir y respetar los requisitos que la Constitución y la ley venezolana exige para que se celebre (inicialmente recoger un 1% de firmas con respecto al censo electoral; después se requeriría un 20% del censo), algo que a día de hoy todavía no ha cumplido la oposición, que no tiene ningún interés en respetar los tiempos y los procedimientos legales e institucionales que se requieren. De hecho si no se celebra finalmente el referéndum, dado que la última palabra la tiene el presidente del gobierno, la derecha tendría la excusa perfecta para salir a las calles a denunciar que en Venezuela «no hay democracia». Y si por el contrario se celebra el referéndum y lo pierde la oposición, llamarían a desconocer los resultados y a ocupar las calles y cortar las carreteras de forma violenta (las llamadas «guarimbas») como ya hicieron en ocasiones anteriores cuando perdieron las elecciones. [leer informe de TeleSur: ¿Qué pasó el 12 de febrero de 2014 en Venezuela?]. No es por casualidad que el Consejo Nacional Electoral (CNE) – uno de los 5 poderes del Estado venezolano – sea blanco de sus protestas y de su ira contra las instituciones púbicas.  
 
Hasta el momento no tenemos conocimiento de que estos defensores de la libertad y los Derechos Humanos que viajan desde España para exportar «democracia» a Venezuela se vayan a reunir con las familias de las víctimas de las «guarimbas», ocasionadas tras las acciones violentas de 2014 encabezadas por Leopoldo López (motivo por el cuál está preso, y no otro) conocidas como «La Salida», y que provocaron la muerte de 43 personas y más de 800 heridos, además de daños millonarios a las infraestructuras públicas, incluyendo colegios y centros de salud. El derechista Rivera no se reunirá con las víctimas de las guarimbas, pero sí lo hará de nuevo con la familia de quien promovió políticamente esas muertes, el millonario golpista Leopoldo López. Una clara evidencia de cómo los Derechos Humanos son manipulados y utilizados como propaganda ideológica. Todo el altavoz mediático para Lilian Tintori y sus giras internacionales. Silencio y deprecio ante las familias de las víctimas de esas «pacíficas manifestaciones» orquestadas por su marido.
 
Tampoco parece que vayan a aprovechar el momento para exigirle al régimen de EE.UU. que deje de financiar a la oposición derechista venezolana, algo que en España y en cualquier país europeo está constitucionalmente prohibido y considerado como un grave delito contra la soberanía y la seguridad del Estado. Resulta de una hipocresía superlativa el hecho de que muchos de los que acusan sin pruebas al partido Podemos de estar financiado por el gobierno de Venezuela, apoyen sin fisuras la lluvia millonaria de dólares que reciben los grupos opositores venezolanos a través de las muchas «ONGs» y «Fundaciones» con sede en Washington que operan en Venezuela contra el gobierno.
 
«Además de los millones de dólares entregados de la NED, una fundación creada por el Congreso de Estados Unidos en 1983 para «hacer el trabajo que la CIA ya no podía hacer públicamente», el Departamento de Estado y su Agencia Internacional de Desarrollo de Estados Unidos (USAID), ha dedicado más de 15 millones de dólares a la oposición en Venezuela durante el periodo 2014-2015. En el presupuesto de Operaciones Exteriores del Departamento de Estado para el año fiscal 2016, que comenzó en octubre 2015, están apartados 5,5 millones de dólares para «defender y fortalecer prácticas democráticas, instituciones y valores que apoyan los derechos humanos en Venezuela». Según el presupuesto ya aprobado por el Congreso, gran parte de esos 5,5 millones de dólares serán utilizados para «ayudar a la sociedad civil promover la transparencia institucional, el proceso democrático y la defensa de los derechos humanos». [3] 
 
En resumen, la derecha venezolana bajo la dirección de Washington tiene escrita una agenda violenta para derrocar a Maduro y pretenden ejecutarla. Los debates políticos y discusiones sobre el procedimiento legal del referéndum y otras cuestiones formales son sólo una excusa de cara a la opinión pública internacional. Para ellos Maduro tiene que irse por las buenas o por las malas, no hay otra opción. El problema para todos ellos, opositores internos y externos, es que a día de hoy está vigente el mandato popular del 14 de abril de 2013 y Nicolás Maduro es el legítimo presidente de Venezuela hasta el año 2019. Esa agenda oculta se llama Venezuela Freedom [4], un plan imperialista presentado ante el Comité Senatorial de los Servicios Armados en marzo pasado por el general John Kelly, y del que ahora se está desarrollando su segunda fase.
 
«John Kelly, jefe militar del Comando Sur de Estados Unidos, sostuvo en entrevista con una cadena televisiva, que de presentarse una «crisis humanitaria» en Venezuela, al suscitarse un colapso de la economía, el país norteamericano intervendría en la nación bolivariana». (ver vídeo) 
 
Desde hace mucho tiempo algunos analistas internacionales vienen advirtiendo sobre una campaña de desestabilización contra Venezuela orquestada desde Washington a través de su Comando Sur de EE.UU. Esa «guerra asimétrica» contra el gobierno de Venezuela se ejecuta desde varios frentes: financiero, económico, diplomático, político, mediático, judicial… y también el militar. En una primera fase de este plan imperialista (dirigida por el general John Kelly) se trataba, principalmente, de golpear a la economía de Venezuela tratando de crear un descontento e indignación popular contra el gobierno bolivariano. Las sanciones económicos, la caída de los precios del petróleo, el «acaparamiento» y «desabastecimiento» continuo provocado por la burguesía venezolana,… aunque también los propios errores estructurales y estratégicos del gobierno parece ser que han puesto contra las cuerdas al gobierno de Venezuela que, a pesar de todo, cuenta todavía con el apoyo de las clases populares y aún está a tiempo de revertir esta situación en el plano económico, como viene señalando el economista estadounidense Mark Weisbrot en varios de sus artículos [5]. 
 
«(…) el Gobierno tiene bastantes opciones para recomponer la economía, incluso sin la cooperación del Legislativo. Ya desde hace algunos años atrás, he venido insistiendo en que el sistema cambiario es el problema más importante, y que es un asunto que podría ser arreglado rápidamente. (…) Este sistema de cambio fijo y sobrevaluado, con una enorme prima en el mercado paralelo, tiene a la economía secuestrada en una espiral de “inflación-depreciación”. (…) Para salir de esta trampa, el Gobierno necesita pasar a una tasa de cambio flotante. En efecto, eso fue lo que hizo el Presidente Chávez en febrero de 2002; permitir que la moneda flote sin control de cambio.»
 
En estos momentos delicados económicamente para Venezuela (y para todos los países que dependen del petróleo) y tras la derrota oficialista en las elecciones parlamentarias de diciembre de 2015, y ante el nuevo contexto regional tras la llegada al poder de Macri en Argentina y el golpe parlamentario en Brasil contra Dilma (y contra los BRICS), el citado plan golpista contra Venezuela se incrementa y entra en una nueva fase. El plan Venezuela Freedom 2 fue redactado por el Servicio de Inteligencia Militar (DIA) y presentado por el almirante Kurt Tidd, actual jefe del Comando Sur que sustituye a John Kelly. Es a partir de este momento cuando desde los medios de comunicación corporativos no sólo se denuncia la «falta de democracia» y de «libertades» en Venezuela, o la «represión del régimen», sino que a estos mantras mediáticos se les añade también el factor «humanitario», tal y como está escrito en el guion. En estos momentos se está notando con total claridad cómo la ofensiva política y mediática contra el gobierno de Maduro pasa por denunciar la «crisis humanitaria» que vive el país.
 
El método no es nuevo, pero es muy eficaz: primero se ataca desde todos los frentes posibles a un país, y después, cuando ese país sufre las consecuencias de este ataque, se denuncian, se amplifican mediáticamente o incluso se inventan los efectos de ese ataque señalando al gobierno de turno como el responsable de la crisis creada.
 
Es un clásico de EE.UU. y los países occidentales recurrir a las «crisis humanitarias» para justificar históricamente sus guerras de invasión en el mundo. Lo hemos visto en Libia en 2011 y aquel criminal «bombardeo humanitario» de la OTAN (apoyado, por cierto, por el gobierno del PSOE de Zapatero, y cuando el ahora miembro de Podemos José Julio Rodríguez era entonces Jefe del Estado Mayor de la Defensa) o anteriormente en Yugoslavia, también con el «socialista» Javier Solana como Secretario General de la OTAN. Pero en el caso de Venezuela ésta estrategia de propaganda no había sido utilizada todavía, quizás porque era casi imposible denunciar una «crisis humanitaria» o directamente una «hambruna» en Venezuela cuando su gobierno era reconocido y premiado por organismos como la FAO y UNICEF debido a su lucha contra la pobreza y a sus avances en Salud y Educación.
 
«Expertos de la FAO destacaron que Venezuela no sólo ha logrado los objetivos de desarrollo del milenio en cuanto a la erradicación del hambre en el país sino que ha proporcionado asistencia técnica a otros países para que también puedan alcanzar esa meta. El director de Cooperación Técnica de la FAO, Laurent Thomas, señaló que las políticas alimentarias aplicadas por el Gobierno lograron que Venezuela sea uno de los 29 países que logró reducir a la mitad la cifra absoluta de personas subalimentadas para este año 2015″. [diario Últimas Noticias, 8/6/2015]
 
Pero parece ser que la propaganda mediática occidental todo lo puede. Y mucho más cuando la necesidad de EE.UU. por conquistar nuevos recursos para tratar de mantener su decadente hegemonía global frente a China y Rusia es urgente y desesperada.
 
«Miles de familias que no tienen nada que llevarse a la boca», «niños y ancianos que mueren en los hospitales por falta de medicinas», «hambruna en Venezuela»,… estos serán los eslóganes cotidianos en los medios corporativos a partir de ahora. En paralelo las ONGs más reconocidas emitirán informes en la misma línea que serán utilizados por los dirigentes de la OTAN para reclamar una «intervención humanitaria» en Venezuela, como ya adelantaba el general Kelly en octubre de 2015. Las bombas aliviarán el sufrimiento de los hambrientos mientras el petróleo fluye a raudales hacia las potencias occidentales a través de sus grandes corporaciones. Lo tenemos demasiado visto ya como para creerlo y apoyarlo.
 
No será fácil llevar a cabo con éxito estos planes golpistas. Venezuela no es Honduras, Paraguay o Brasil. Existe una militancia y una base social obrera muy concienciada y organizada. Pero la situación resulta muy difícil por el contexto interno y regional donde se desarrollan los acontecimientos. El pueblo trabajador y sus fuerzas armadas revolucionarias («el pueblo en uniforme») tendrán que estar dispuestos a darlo todo para defender su Revolución, puesto que los planes del imperio y de las oligarquías, con el apoyo de las ONGs y los paraperiodistas, están más que claros: Venezuela y sus recursos están en el punto de mira. Atentos. 

 
 
REFERENCIAS – NOTAS
 
 
[2] Venezuela y los procesos electorales desde 1998,- Itobé y Javier Couso (AVN, 31/7/2015)
 
[3] EE.UU.: La emboscada contra Venezuela,- artículo de la abogada Eva Golinger (RT, 12/11/2015)
 
[4] Al descubierto: la agenda del Comando Sur contra Venezuela (informe especial),- informe presentado por las autoridades venezolanas en la web Misión Verdad, 20/5/2016 
 
[5]  La política económica podría determinar los resultados políticos en Venezuela,- artículo del economista Mark Weisbrot, co-director del Centro de Estudios Políticos y Económicos con sede en Washington (CEPR, 1/5/2016) 

5 comentarios

  1. Están impacientes por derribar el proyecto político que hay en Venezuela, que se enfrenta a la tesitura de dar pasos avanzados y sin retorno hacia una sociedad socialista o ser engullida por los poderes internos y externos, que siguen teniendo gran parte del poder económico en Venezuela. No es una situación fácil ni sencilla.
    La muerte de Chávez, casi con seguridad provocada, fue el hito que ha ido determinando la caída que está teniendo el movimiento bolivariano, a pesar de su base social. Porque Hugo Chávez también tenía un gran peso internacional, y eso se nota y mucho.

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  2. Parece que hay un antes y un después de la muerte de Chávez, sin duda.

    Ahora la situación está en un punto crítico en el que, o el gobierno da pasos valientes hacia el Socialismo, o su derrumbe será cuestión de tiempo. Hace tiempo que escribí algo sobre esto.

    Si la burguesía tiene en su poder instrumentos clave de la economía, la utilizarán en contra del pueblo y del gobierno, como estamos viendo.

    Ahora Maduro puede gobernar al margen de la Asamblea. Vamos a ver si es inteligente y valiente, y si el pueblo trabajador lo sigue apoyando.

    Un saludo Mikel.

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  3. El descarado apoyo de Obama a Mauricio Macri, la coincidente destitución de Dilma Rousseff y la más que sospechosa muerte de Hugo Chávez son claros indicios del giro que están tomando los acontecimientos. Como Atilió Borón apunta, «demasiadas coincidencias» y añade, «Brasil es clave para el proyecto de una América Latina emancipada del dictado estadounidense». Desgraciadamente, Maduro no tiene la talla ni la determinación de su predecesor. Esperemos, no obstante, que el pueblo venezolano resista el implacable asedio del que viene siendo objeto.

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  4. Así es, demasiadas coincidencias y demasiados antecedentes y hechos como para pensar que son «coincidencias». Era evidente que Venezuela sería la siguiente. Estaban madurando esta situación desde hace tiempo y ahora se da el contexto regional e interno ideal para dar el golpe definitivo a la revolución.

    Soy muy pesimista con Maduro porque a estas alturas es incomprensible que no haya actuado tomando el mando de las importaciones, como mínimo. Si no lo ha hecho y es que carece del valor o de los medios suficientes para hacerlo. En cualquiera de los dos casos el resultado es igual de malo. Tarde, mal y nunca.

    Un saludo.

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