UCRANIA: LOS PROMOTORES DEL GOLPE DE ESTADO NEONAZI COMIENZAN EL EXPOLIO DEL PAÍS

Una de la razones principales por las que EE.UU y sus títeres europeos promovieron un gobierno neonazi en Kiev, es lograr el acorralamiento militar de una potencia considerada por Washington como enemiga («la amenaza rusa») a través de la instalación de las bases de la OTAN frente a sus fronteras. Otra es extender su hegemonía económica, comercial y militar en Europa oriental (y por toda Eurasia), y de paso, conseguir que la Unión Europea se haga más dependiente de EE.UU tratando de enfrentarla – mediante la imposición de sanciones, entre otras cosas – con la Federación de Rusia con la que la UE mantiene fuertes lazos comerciales y mucha dependencia energética. Otra – bien conocida también en Latinoamérica, África, el sur de Europa, etc. – es el expolio y la explotación de los recursos de Ucrania por parte de las corporaciones financieras y empresariales occidentales.

El saqueo de la riqueza y el empobrecimiento de la población

Por ejemplo, el pasado 7 de marzo conocíamos a través del diario ruso Iskra news que las nuevas autoridades de Ucrania, es decir, la junta golpista civil-militar impuesta por EE.UU-OTAN, había ordenado la salida de las reservas de oro del país embarcándolas en un avión con destino a Estados Unidos. La salida se habría hecho desde el aeropuerto internacional de Borispol en la capital Kiev a las dos de la madrugada del sábado en un vuelo no registrado de forma oficial. Con nocturnidad y alevosía le robaron al pueblo ucraniano  40 cajas de lingotes de oro provenientes del Banco Central de Ucrania. Ya antes se había hecho lo mismo con las reservas de oro de Irak y después Libia. Incluso ahora EE.UU y Reino Unido estarían también confiscando las reservas que Arabia Saudita guarda en los Bancos Centrales occidentales, tratando de protegerse frente a una previsible caída del «petrodólar» como moneda de referencia mundial (leer más información en examiner.com).

Otra forma de ejecutar el expolio al que van a someter al pueblo ucraniano es mediante los llamados «préstamos» o «rescates» procedentes de entidades financieras como el Fondo Monetario Internacional o de la Unión Europea (está previsto que contribuyan el Banco Mundial y el Banco Europeo de Reconstrucción y Desarrollo). A finales de abril el FMI aprobó un paquete económico de «ayuda» a Ucrania de 17.000 millones de dólares (unos 12.258 millones de euros). Estas «ayudas» financieras, como es bien sabido, no se dan de forma incondicional y desinteresada, por lo que más que una «ayuda» estas intervenciones suponen una inversión que renta múltiples beneficios a los prestamistas. Para recibir esa «ayuda» financiera la junta golpista civil-militar de Kiev presidida por el neonazi y ex-banquero corrupto Arseniy Yatsenyuk aprobó un paquete de «medidas de austeridad» que supondrán la bajada de salarios, de las pensiones, subida de impuestos, recortes del gasto público y social, despido de al menos 24.000 funcionarios, aumento de la factura del gas para las familias, desregulación financiera, laboral,… y por supuesto la privatización de las empresas y de todos los servicios públicos del Estado. Ucrania perderá su soberanía económica y las clases trabajadoras serán empobrecidas y explotadas en favor de las corporaciones occidentales que dominarán a partir de ahora su economía y su riqueza.

Otra noticia que evidencia la desfachatez con la que la actúan los amos del mundo en Ucrania es que Hunter Biden, el hijo del vicepresidente de EE.UU Joe Biden, ha sido contratado recientemente por la multinacional Burisma Holdings, el mayor productor de gas natural y petróleo de Ucrania. El abogado Hunter Biden forma parte – entre otros cargos – de la dirección de la Coalición de Liderazgo Global de EE.UU (USGLC), un potente lobby formado por más de 400 empresas y organizaciones «no gubernamentales» cuya misión es «fortalecer el liderazgo de EE.UU en el mundo a través de la inversión estratégica y la diplomacia». Pero lo más significativo en este caso, es que Hunter Biden ostenta un alto cargo en la Fundación Nacional para la Democracia (NED), un organismo dependiente del Departamento de Estado de EE.UU (La NED, vitrina legal de la CIA) que junto a la Agencia Internacional de Estados Unidos para el Desarrollo (USAID) o el Institute Open Society de George Soros – entre otros – financiaron a los grupos neonazis y demás mercenarios del «Euromaidan» que ejecutaron el golpe de Estado en Ucrania (leer artículo de Wayne Madsen).

Otros miembros del consejo de administración de esta multinacional energética Burisma Holdings son Devon Archer, que fue el presidente del Comité de Apoyo a la campaña presidencial del hoy secretario de Estado de EE.UU, John Kerry. O también Alexander Kwasniewski,  el ex-presidente de Polonia (país que juega un papel clave en el apoyo a la OTAN) que viajó a Kiev como enviado de la Unión Europea para negociar la excarcelación de la corrupta ex-presidenta Yulia Timoshenko. O el ex-presidente del Parlamento Europeo, Pat Cox. Hay que destacar que tanto Aleksander Kwaśniewski como Pat Cox encabezaron la misión observadora del Parlamento Europeo a Ucrania iniciada el 11 de junio de 2012 con el fin de seguir de cerca el proceso judicial contra  Yulia Timoshenko, dirigente del partido ultraderechista Batkivshina que fue uno de los protagonistas principales del golpe de Estado y al que pertenece el actual primer ministro impuesto por occidente Arseni Yatseniuk. Aunque el pasado 3 de abril Yatseniuk suspendió su militancia «para que no le acusen de tener preferencias políticas». ¿Se puede tener más cinismo que el de este ex-banquero neonazi?

Pero… ¿quién está por encima de todos ellos? Los reponsables de los crímenes de Odesa

Burisma Holdings, este gigante que domina el sector del petróleo y el gas en Ucrania pertenece desde el año 2011 al multimillonario Igor Kolomoisky, un oligarca de origen israelo-ucraniano que financia actualmente a las tropas de asalto del Sector Derecho y otros grupos fascistas armados responsables – entre otras masacres – de los crímenes cometidos el 2 de mayo en la ciudad de Odesa donde fueron quemadas vivas, torturadas y asesinadas 46 personas – otras fuentes hablan de más de 120 muertos – en la Casa de los Sindicatos (leer artículo de Michel Chossudovsky). La implicación directa del oligarca  Kolomoisky en dichos crímenes ha quedado demostrada después de que se hicieran públicas esta semana dos conversaciones telefónicas en la que los interlocutores afirman que fue Kolomoisky quien pagó a los miembros del Sector Derecho para que cometieran los crímenes de Odesa (toda la información y el audio en Russia Today). Pero el criminal oligarca Kolomoisky no actuaba sólo, sino de forma coordinada con la junta golpista en el gobierno de Kiev:

(…) Diez días antes de la tragedia, se realizó en Kiev una reunión secreta bajo la dirección del presidente en ejercicio Olexander Turchinov, reunión destinada a la preparación de una operación especial que debía realizarse en Odesa. Estaban presentes en esa reunión el ministro del Interior Arsen Borysovych Avakov, el jefe de los servicios de seguridad Valentin Nalivaychenko y el secretario del Consejo de Defensa y de Seguridad Nacional Andriy Parubiy. El oligarca ucraniano Igor Kolomoisky, nombrado por el régimen de Kiev a la cabeza de la administración regional de Dniepropetrovsk, fue consultado sobre la organización de la mencionada operación. (…) [La masacre de Odesa fue organizada en la cúpula del régimen ucraniano,- Red Voltaire]

Es importante saber también que Burisma Holdings tiene permiso para explotar yacimientos de petróleo y gas en la península de Crimea, así como en las regiones de Dnepropetrovsk, Donetsk, Járkov o en la zona Azov-Kuban. Otras multinacionales como la estadounidense Chevron o la británica Shell también se comprometieron a invertir en la producción de «gas de esquisto» en Ucrania más de 10.000 millones dólares. Esto explica, en parte, el enorme interés que muestra occidente y la junta golpista de Kiev por dominar las regiones del sureste de Ucrania, las más ricas y productivas del país, y el porqué de la puesta en marcha de la llamada «operación antiterrorista» en esas regiones que está provocando decenas de muertos y heridos entre la población civil ruso-parlante que defiende su soberanía y que ha votado en referéndum a favor de su federalización. De nuevo comprobamos que para las élites occidentales pesan más los intereses económicos privados que las vidas de las personas inocentes y el respeto por la soberanía de los pueblos. Una situación de la que también se está aprovechando el complejo militar-industrial estadounidense, siempre ávidos de sangre ajena que les haga incrementar sus ingentes beneficios y de paso salvar una economía al borde del colapso:

(…) La presidenta de la empresa Lockheed Martin, Marillyn Hewson, dijo al periódico alemán ‘Welt am Sonntag’ que por la crisis en Ucrania se ha incrementado la necesidad de «aumentar la seguridad», por lo que esta situación ayudará a impulsar las ventas del sistema de defensa de misiles MEADS y del caza de nueva generación F-35 a la alianza militar de países de la OTAN (…) Estamos preparados para satisfacer estas necesidades en el marco de colaboración con nuestros clientes (…) La esfera militar industrial de EE.UU. es bastante consciente de que si la tensión en Ucrania se convierte en guerra civil es una gran oportunidad para ganar dinero. Cabe recordar que en la última década, el gasto militar de EE.UU. ha constituido una parte importante del presupuesto federal en relación con las operaciones militares en Afganistán e Irak (…) [RT]

Tras conocerse esta valiosa información que señalaba anteriormente, ¿exigirán los adalides de la «democracia» occidental y los «Derechos Humanos» en el mundo una investigación internacional para depurar responsabilidades por esos crímenes de lesa humanidad cometidos en Odesa? ¿seguirán apoyando política, económica y mediáticamente a los sanguinarios criminales del «gobierno» ucraniano? ¿impondrán sanciones EE.UU y la UE al oligarca Kolomoisky de la misma forma que las imponen a funcionarios y políticos rusos? ¿escucharemos a las ONGs, a los intelectuales, artistas, y periodistas que piden «democracia para Venezuela» condenar estos horrendos crímenes, exigir que sean juzgados los responsables, y pedir democracia en Ucrania? ¿nos informarán de todo esto los grandes medios de comunicación que tan preocupados se muestran por defender la «libertad de prensa» y el «derecho a la información» de los ciudadanos?

Cuando alguien se siente poderoso, cuando se siente impune ante la ley porque forma parte de las élites dominantes, no siente la necesidad de disimilar sus crímenes y abusos, y el descaro y la desvergüenza se convierten en una forma habitual de actuar. En Ucrania, los promotores del golpe de Estado neonazi ya han comenzado el expolio de los recursos del país y no piensan parar hasta dejarlo en los huesos.


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