Los yihadistas kurdos y sus crímenes en Siria

Los kurdos sirios viven en una realidad paralela que ellos mismos han creado. Mientras tratan de presentarse ante el mundo como un pueblo que aspira a ser independiente y que lucha por la democracia y contra el terrorismo en Siria, lo cierto es que comparten los mismos objetivos, los mismos patrocinadores y en ocasiones los mismos métodos que los grupos yihadistas que operan en el país desde 2011 para destruirlo. Sobre el terreno han sido unos peones más del imperialismo occidental… pero con un barniz «progresista». Ahora, como parte del bando perdedor de la guerra, están pagando el precio de sus propias contradicciones al mismo tiempo que insisten en seguir manipulando la realidad sin que los hechos probados les hagan cambiar un ápice su discurso. Para mantener viva esta farsa, cuentan con la inestimable colaboración de los grandes medios corporativos occidentales que difunden su propaganda.

Un nuevo ejemplo de esta tergiversación de la realidad la encontramos en un artículo publicado el pasado 3 de febrero en la página Defense One – web especializada en Defensa vinculada al medio estadounidense The Atlantic – firmado por Aldar Khalil titulado Stop Turkey’s Bombardment Of Our People (Detener el bombardeo de Turquía contra nuestra gente).

Aldar Khalil es un destacado político kurdo sirio, co-presidente del «Movimiento para una Sociedad Democrática» y uno de los responsables de la creación de la «Administración Democrática Autónoma de Rojava» en el norte de Siria. Para abreviar digamos que Khalil – junto a otros personajes como Salim Muslim – es uno de los líderes «locales» patrocinados por la OTAN/CCG que fueron elegidos para dirigir a la Siria post-Assad tras el «cambio de régimen» que planificaron.

En dicho artículo Khalil vuelve a insistir en la creación de una «zona de exclusión aérea» por parte de la «comunidad internacional» para «proteger a los civiles (sic) y frenar la agresión turca» contra los kurdos. Otra vez la misma historia. La creación de una «zona de exclusión aérea» es una vieja reivindicación de Washington (Obama/Clinton) y los think tanks próximos al Pentágono y que, al contrario de lo que ocurrió en Libia, nunca pudo ser aplicada en Siria debido a la oposición de Rusia y China en el Consejo de Seguridad de la ONU. Aldar Khalil pretende repetir en Siria el «exitoso» modelo de democracia y Derechos Humanos aplicado en Libia por la OTAN.

Este líder político kurdo atribuye en exclusiva a las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS) lideradas por los kurdos y a la coalición internacional liderada por Estados Unidos el mérito de haber logrado «la destrucción real del proyecto terrorista en Siria, especialmente con el colapso de su capital en Raqqa». Es decir, que en su opinión ni Rusia, ni Irán, ni Hezbolá, ni Irak… ni mucho menos el «régimen sirio» tienen nada que ver con la derrota de los yihadistas en Siria. Más bien al contrario, están «alimentando a Daesh», según denuncia él mismo en otro párrafo del artículo. Increíble. Pero, además, de su afirmación se desprende también que Estados Unidos no tiene nada que ver con la planificación, reclutamiento y financiamiento de dichos grupos terroristas que fueron introducidos en Siria para derrocar al legítimo gobierno de Bashar al-Assad.

Con esta doble negación de la realidad el dirigente kurdo aglutina en una sola frase todas las falsedades y manipulaciones que se han vertido sobre Siria en los últimos siete años desde los gobiernos, medios de comunicación y ONGs occidentales. De esta forma, los kurdos evitan tener que explicar cómo se puede luchar en contra del Estado Islámico de la mano de los creadores del Estado Islámico [1]. Su relato de los hechos es una copia del discurso del Departamento de Estado de Estados Unidos que a su vez está escrito por organizaciones con intereses corporativos como la Brookings Institution (como se refleja en su modelo de «federalización» para Siria), quien ya en el año 2012 proponía crear «zonas protegidas» o «corredores humanitarios» para abastecer a los terroristas y ocupar ilegalmente territorio sirio.

En otro punto del artículo Aldar Khalil denuncia que «los grupos que participan en la operación contra Afrin [a las órdenes de Turquía] son extremistas principalmente de Daesh y Al-Nusra que se esconden detrás de la máscara del Ejército Sirio Libre». No seré yo quien niegue esta afirmación. El problema es que Khalil tiene la memoria muy frágil, puesto que en septiembre de 2016 él mismo firmó públicamente un acuerdo político-militar con Ahmad al-Jarba (ver foto de portada), un activo de Arabia Saudí en Siria y títere occidental que entre otros muchos cargos fue el presidente del Consejo Nacional Sirio, un instrumento político de injerencia patrocinado inicialmente por Turquía y Francia cuyo principal brazo armado era el mismo Ejército Libre Sirio al que ahora se refiere Khalil como «grupo terrorista».

Es decir, que los mercenarios que ahora atacan a los kurdos en el norte de Siria son sus viejos compañeros de lucha unidos por un «cambio de régimen» en Siria. De la misma forma que Turquía, miembro de la OTAN y uno de los artífices de la invasión terrorista contra Siria en 2011, está atacando ahora los intereses de Estados Unidos en Siria y liderando junto a Rusia e Irán (sus grandes enemigos hasta ayer) la pacificación de Siria a través de los Acuerdos de Astaná, y más recientemente tras suscribir la Declaración Final y la Comisión Constituyente nacida del «Congreso de Sochi«. Paradojas de la geopolítica.

El problema de Khalil no es sólo de «memoria», sino también de ceguera, puesto que no ve (no quiere ver) lo que está ocurriendo en estos momentos en el noreste de Siria. Según denuncian varios activistas y habitantes de la zona, los kurdos están llevando a cabo actualmente una operación de limpieza étnico-ideológica en la región de Hasaka, donde las «Fuerzas Democráticas Sirias» (FDS) están expulsando a sus habitantes autóctonos, robando sus casas y sus propiedades, apoderándose de la industria y el comercio local, especulando con los precios de los alimentos en las áreas que controlan, cambiando los nombres árabes de los pueblos, imponiendo su educación y su cultura en los colegios y en las calles, o secuestrando a los más jóvenes para entrenarlos militarmente y obligarlos a unirse a sus filas con la intención de crear el «Nuevo Ejército Sirio» o «Ejército del Norte de Siria», al que también se están uniendo antiguos terroristas del Estado Islámico y el Frente Al Nusra [2]. Parece ser que la cercanía de los kurdos con los yihadistas en Siria les ha llevado a imitar sus prácticas.

Por si algún lector pone en duda el origen de las fuentes de esta información, debo señalar que este tipo de «crímenes de guerra» (sic) llevados a cabo por los Kurdos sirios en el noreste han sido denunciados incluso por Amnistía Internacional (AI), que en un informe publicado al respecto en octubre de 2015 ya recoge testimonios que hablan de este tipo de limpieza étnico-ideológica por parte de las fuerzas kurdas. Recordemos que AI es una organización que durante estos años ha ejercido como un órgano de propaganda de la OTAN en Siria, y por lo tanto es muy poco sospechosa de favorecer los intereses del «régimen sirio», de Rusia o de Irán. Es más, conociendo a sus patrocinadores, es muy probable que se hayan quedado cortos en su informe sobre los crímenes de guerra cometidos por los kurdos sirios en el norte bajo la protección de Estados Unidos.

No debemos olvidarnos tampoco de Raqqa, donde los «democráticos», «progresistas» y «feministas» kurdos también realizaron una operación de limpieza étnico-ideológica después de que Estados Unidos y los kurdos «liberaran» la ciudad en junio de 2017, que estaba considerada «la capital del Estado Islámico». La «liberación» consistió en que EE.UU. y los kurdos permitieron al Estado Islámico abandonar la ciudad sin pegar ni un solo tiro, lo cual demuestra nuevamente que la intención de Washington no es acabar con los terroristas sino utilizarlos como peones sobre el tablero sirio.

[Leer más: La utilización del terrorismo como arma geopolítica,- Mirador Global]

Incluso un medio de reconocido prestigio en occidente como la británica BBC, poco sospechoso también de ser un «órgano de propaganda del Kremlin», publicó un detallado reportaje de cómo Estados Unidos y las fuerzas kurdas evacuaron a cientos de terroristas del Estado Islámico junto a decenas de camiones llenos de armas de la ciudad de Raqqa después de ser «liberada» en junio de 2017. Por cierto que los kurdos pusieron especial énfasis en que aquel acuerdo con los terroristas fuera debidamente silenciado expulsando de Raqqa a los medios de comunicación. De hecho este interesante informe realizado por Quentin Sommerville y Riam Dalati para la BBC se titula «El sucio secreto de Raqqa«.

El discurso mediático y político oficial en occidente habla de la «liberación de la capital del Estado Islámico» por parte de la «coalición anti-Daesh» después de duros enfrentamientos casi épicos entre ambos bandos. La realidad es bien distinta, aunque conozcamos sólo la punta del iceberg.

«La BBC ha revelado detalles de un acuerdo secreto que permite que cientos de combatientes de ISIS y sus familias escapen de Raqqa, bajo la mirada de la coalición liderada por Estados Unidos, Reino Unido y las fuerzas kurdas que controlan la ciudad. (…) Las imágenes filmadas secretamente muestran camiones repletos de hombres armados. A pesar de que hubo un acuerdo para llevar solo armas personales, los combatientes de ISIS tomaron todo lo que pudieron transportar. Diez camiones fueron cargados con armas y municiones.

(…) También se entendió que a ningún extranjero se le permitiría salir vivo de Raqqa. Ya en mayo, el secretario de Defensa de los Estados Unidos, James Mattis, describió la lucha contra ISIS como una guerra de «aniquilación». «Nuestra intención es que los combatientes extranjeros no sobrevivan a la lucha para que no puedan regresar al norte de África, a Europa, a América, a Asia o África. No les vamos a permitir que lo hagan «, dijo en la televisión estadounidense. Pero los combatientes extranjeros, los que no son de Siria e Irak, también pudieron unirse al convoy, de acuerdo con los conductores de los camiones (…)».

De Raqqa fueron expulsadas más de 160.000 personas, en su mayoría árabes, que tuvieron que huir de los bombardeos de la «coalición anti-terrorista» pero que no pudieron regresar a sus casas cuando Raqqa fue «liberada», sencillamente porque su ciudad fue colonizada por los kurdos [3]. No es extraño, pues, que los sirios en su mayoría pongan en el mismo plano al Estado Islámico y a los kurdos y estadounidenses.

Estados Unidos sustituyó en Siria a sus terroristas del Estado Islámico por sus homólogos kurdos, mucho más aceptados a nivel internacional al ser presentados por la prensa como unos luchadores por la «democracia» y la «libertad» (una imagen distorsionada sobre los kurdos que la izquierda neoliberal europea y muchos medios alternativos defienden con especial énfasis). En realidad ambos grupos mercenarios comparten los mismos objetivos y operan bajo el mismo mando militar: un «cambio de régimen» y la «balcanización» de Siria siguiendo las directrices del Pentágono.

[Leer más: El Gran Kurdistán y la balcanización de Siria,- Mirador Global]

Los kurdos sirios traicionaron a la Siria secular que los acogió y apoyó anteriormente a cambio de hacerse ilegalmente con su parcela de poder territorial. Ni siquiera han aceptado la invitación de Rusia para participar en el «Congreso de Sochi» donde se han sentado las bases políticas para el futuro de Siria. Se unieron al bando invasor compartiendo trinchera estratégica con los terroristas yihadistas (no importa bajo qué siglas). No les importó tampoco que su «Confederación Democrática» supusiera la creación en paralelo de un «Sunistán» patrocinado por el régimen saudí o la extensión hacia Siria del régimen sionista israelí.

¿No les resulta sospechoso a los «izquierdistas» occidentales que apoyan la «causa kurda» que su proyecto esté bendecido por el wahabismo y sionismo más criminales? Parece que no. ¿De verdad pretenden que nos creamos que Estados Unidos está fomentando la creación de un Kurdistán sirio «soberano», «anarquista», «autogestionado», «de izquierdas», «neo-marxista», «democrático», «revolucionario», «antimperialista» o «antineoliberal»? Más bien apoyan la creación de un «segundo Israel geopolítico» en territorio sirio ocupado.

Pero por suerte, como sabemos, las cosas no están saliendo según los planes previstos por los «balcanizadores» occidentales. Los miembros de la OTAN/CCG perdieron la guerra terrorista que iniciaron contra Siria en 2011 (ahora estamos en otra fase de la guerra). La mayoría de sus yihadistas sunís fueron eliminados en el campo de batalla, y el resto están huyendo de Siria bajo la protección de Estados Unidos y de los kurdos para ser utilizados en futuros escenarios de guerra geoestratrégica, fundamentalmente en Afganistán contra el eje China/Rusia/Irán (el «Triángulo de Oro«).

Los Acuerdos de Astaná en el plano militar (Rusia-Irán-Turquía) y el reciente Congreso de Sochi en el plano político marcan las directrices para la futura reconstrucción integral de Siria respetando su soberanía e integridad territorial.

Y las fuerzas kurdas del norte, paradojas del destino, ahora están siendo atacadas por un miembro de la OTAN cuyos aviones despegan desde una base militar que Turquía comparte con los propios patrocinadores de los kurdos: Estados Unidos/OTAN.

Los kurdos sirios, más allá de lo que diga su propia propaganda «progresista» difundida ampliamente por los grandes medios corporativos y respaldada por la izquierda neoliberal occidental, forman parte esencial de esos grupos de mercenarios/terroristas a sueldo que trataron y todavía tratan de «balcanizar» a Siria bajo la dirección de la OTAN/CCG. Y así hay que tratarlos. Su suerte está echada.

REFERENCIAS – NOTAS

[1] America’s “Global War on Terror”, Al Qaeda and the Islamic State (ISIS),- Michel Chossudovsky (Global Research, 16/11/2015)

[2] Kurdish Militias in Conflict-Ridden Northeastern Syria Turn to Kidnapping, Conscription, ISIS-like Tactics,- un detallado informe elaborado sobre el terreno realizado por la periodista independiente Sarah Abed (Mint Press News, 12/2/2018)

Leer también: Los kurdos, arma de desestabilización masiva de Washington en el Oriente Medio,- de Sarah Abed (Red Voltaire, 28/8/2017)    

[3] The Kurds Are Ethnically Cleansing Arabs From Raqqa, And The World Is Silent,- artículo del analista geopolítico Andrew Korybko (Global Village Space, 15/6/2017)

3 comentarios

  1. Excelente trabajo. Este artículo debería ser leído y meditado por quienes no ven más allá de la artera y publicitada «mística revolucionaria».
    Gracias por arrojar luz sobre lo evidente, hoy en día sepultado bajo un siniestro palimpsesto de argucias y patrañas.
    Salud

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